Una ‘startup’ que hace pulseras que miden la fertilidad
A unos 10 minutos del centro de Zúrich, en un antiguo barrio industrial, Lea von Bidder abre la puerta de Ava, una empresa especializada en medir la fertilidad femenina. Esta zuriquesa de 27 años llegó el día anterior de San Francisco, donde vive y preside la delegación estadounidense de la empresa suiza. Forma parte de esa generación de jóvenes emprendedores a los que les gusta saltarse las etapas. A los 22 años, ya había vivido en tres continentes. A los 24, había fundado dos empresas. Y, por último, a finales del año pasado, la revista estadounidense Forbes la incluyó entre las 30 personas más destacadas de menos de 30 años en el ámbito de la industria de la sanidad.
Según Lea von Bidder, todo esto contribuye a la emancipación de las mujeres. «La salud reproductiva es una base fundamental, un primer paso hacia la confianza en uno mismo. Si nos preocupa nuestro deseo de tener hijos, no podremos lograr la excelencia».
El discurso de la responsable de marketing de Ava transmite seguridad. Es un discurso muy perfeccionado que se inspira en el léxico lleno de promesas de Silicon Valley. Pero se percibe la sinceridad de esta mujer que se declara feminista y el entusiasmo que la mueve en su compromiso en favor de la igualdad entre hombres y mujeres. «En Silicon Valley es un problema. Pero en Suiza aún más. Basta con abrir una revista de economía para darse cuenta». Su trabajo universitario trataba sobre el establecimiento de cuotas. Hoy por hoy, se muestra orgullosa de trabajar en una empresa que da prioridad a las mujeres. Aunque es la única mujer del equipo fundador, cerca del 60% de los aproximadamente 60 colaboradores de Ava son de sexo femenino. ¿Su modelo? Sheryl Sandberg, la directora general de Facebook.
Von Bidder, que es originaria de Zumikon, un municipio zuriqués de unos 5.000 habitantes, cursó sus estudios en la Universidad de Sankt Gallen y se imaginaba que se incorporaría a una gran empresa consultora. «Es lo que nos enseñan allí», explica sonriendo. Pero en 2013, dos semanas después de haber terminado su máster —realizado en Estados Unidos, en China y en Lyon— se marchó a India con el objetivo de crear una empresa de chocolates de gama alta con una amiga india. «Fue una decisión un poco descabellada, quizás ingenua, pero me encantó y aprendí muchísimo».
Nicho de mercado
La joven volvió a Suiza con una idea fija: crear una startup. Sin una red de contactos después de haber pasado varios años en el extranjero, salió en busca de «fundadores». En unos meses, consiguió encontrar a sus socios actuales con el objetivo de llevar la medida de la fertilidad al siglo XXI. «Desde hace un siglo, todos los métodos se basan en la temperatura, pero es un valor que no es fiable. Eso demuestra hasta qué punto algunos ámbitos de la salud femenina, como la fertilidad y el control de la natalidad, no han vivido una revolución tecnológica por la falta de interés del sector farmacéutico. Sin embargo, el mercado es enorme. Representamos casi el 50% de la población».
Ava es una de las empresas de reciente creación más destacadas en el sector en crecimiento de las femtech, las tecnologías que se centran en las necesidades femeninas. A la locuaz y dinámica Lea von Bidder, afincada en Silicon Valley desde hace dos años, le gusta vivir en ese mundo en el que todo va más rápido, rodeada de creadores de startups tan precoces como ella. Pero su marido y ella se ven en el futuro en su país natal, donde viven los padres de la suiza. ¿Cuáles son sus futuros objetivos? «Para mí, lo importante es hacer algo que me interese». No debería ser difícil para ella, que dice que se le ocurren «100.000 ideas» cada día. ¿Entrar en política es uno de ellos? «Me lo estoy pensando».
Aunque Ava nació en Zúrich, la startup intentó desarrollarse primero en Estados Unidos. Para sus fundadores, era algo evidente para aprovechar un mercado mucho más importante y las mayores posibilidades de financiación. La empresa ha recaudado cerca de 12 millones de dólares de capital riesgo. La pulsera creada por Ava, que se comercializó por primera vez en el verano de 2016 al otro lado del Atlántico, y unos meses más tarde en Europa, tiene el éxito esperado. Estados Unidos sigue siendo su principal mercado.
La firma empezó con cuatro personas en 2015 y en la actualidad tiene cerca de 60 empleados, de los que 40 están en Suiza, siete en San Francisco y diez en Belgrado, en Serbia, donde se desarrolla su programa informático. Recientemente, Ava fichó a la doctora Maureen Cronin como directora médica de la firma. Cronin, que fue directora de medicina femenina de Bayer Schering Pharma, es una experta mundial del sector y defensora de la salud reproductiva de las mujeres.
En el futuro, el objetivo de Ava es sacar su producto en nuevos mercados, especialmente en Asia y en Canadá, a partir de este año. Y sigue mejorando la tecnología de su pulsera. Hoy día, esta se utiliza sobre todo para ayudar a las mujeres a quedarse embarazadas determinando los días en los que son fértiles. «Algunas mujeres también la emplean para entender sus ciclos ováricos, lo que puede ayudar a comprender el origen de algunos síntomas como las migrañas y los periodos de angustia», detalla Von Bidder. El anhelo también es convertir la pulsera en un medio anticonceptivo natural, ya que al conocer con la mayor precisión posible los seis días de fertilidad de su ciclo, una mujer puede dejar de tomar la píldora.
Fuente: https://elpais.com/economia/2018/02/22/actualidad/1519308125_056920.html
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