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Raquel Sánchez Silva: ‘No se es más mujer por ser madre’

Sánchez Silva desgaja mitos y creencias bajo una promesa «no lanzar ni un solo mensaje de apología de la maternidad». Y para ello se sirve de estadísticas, datos y de su protagonista y es que quedarse embarazada es mucho menos fácil de lo que siempre nos han contado.

¿Cuánto de autobiográfico tiene el libro?

Mi pauta médica en todo el proceso de reproducción asistida no aparece en el libro.Cuando una mujer está confusa y necesitada de ayuda se sirve de ejemplos de otras mujeres. Es un gran error. No es bueno, es contraproducente. Yo no quiero ser ejemplo de nada. No aparece mi tratamiento médico, pero parte de la experiencia de vivirlo sí, hay cosas mías en muchas mujeres que aparecen. Lo más biográfico son las sensaciones de las pacientes. Y sobre todo, sus dudas.

¿Por qué decidiste contarlo desde el punto de vista de una ginecóloga?

Porque mi idea principal era hacerlo como un ensayo y así he trabajado desde el principio. Cuando tu buscas documentación para una historia de ficción es un camino natural, pero tener todos los datos e inventarte una ficción después es más complicado. Además, me sentía obligada a contar absolutamente todo lo que tenía que ver con los datos médicos, pero había que hacerlos más comprensibles. La ficción le da ese calor que necesitan y un entretenimiento

¿Qué dudas tenéis tú y tus personajes sobre la reproducción asistida?

Todas las del mundo. Las dudas se plantean cuando te das cuenta de que lo que te han contado no es real. Te han dicho que puedes ser mamá perfectamente cuando te dé la gana, que cuando llegues a los 40 ya te lo pensarás y cuando llegas a esa edad y te dicen los médicos que esto no es así, ahí se generan las dudas. Piensas ¿ahora qué hago?¿Realmente estoy llegando tarde? ¿Existe la probabilidad del ‘no’? Algunas mujeres van con preguntas, pero otras tantas van con ideas preconcebidas. Esto es lo que hace mucha gente tome decisiones tardías y erróneas.

Normalmente las mujeres no se preocupan de la reproducción hasta que tienen cierta edad.

Sí, yo fui con la idea de que tenía tiempo, aunque me dijeron clarísimamente que ya no tenía tanto. Nosotras queremos creer que poseemos todo el del mundo. Lo necesitamos, nos conviene. Sobre todo si somos mujeres trabajadoras. Justo cuando llega ese momento en el que ya eres una profesional consolidada piensas ‘o me quedo embarazada o ya no me da tiempo’.

Una chica de 25 años nunca piensa en congelar sus óvulos.

No lo piensa, pero a lo mejor tiene que empezar a pensarlo. A lo mejor no lo hace porque no sabe que los 40 es una edad límite o que a partir de los 35 las posibilidades de quedarse embarazada comienzan a decaer peligrosamente. Hay que decir la verdad. Cualquier mujer de 25, 30 o 20 años está preparada para escuchar esto. Simplemente hay que saber que hay unos instrumentos como la congelación de óvulos que hacen que en tu etapa más fértil (que es de los 20 a los 35 años) puedas hacerlo. No te garantiza nada, pero a esa edad tus óvulos son de buena calidad, aunque no es una garantía al 100 por ciento. Si quieres informarte, hazlo con un profesional pero no por foros de internet, ni por lo que le ha pasado a tu amiga, ni lo que le han contado a tu madre porque eso no vale.

En el libro cuando hablas de cómo construir el relato prometes que «no habrá ni un solo mensaje de apología de la maternidad»,¿por qué insistes en esto?

Porque creo que no conduce a nada y que duele a muchas mujeres. En el libro califico a las estas mujeres que hacen esta apología como «la madre pavo-real». No me gusta la gente que hace exhibición de la maternidad. Una mujer no es más mujer por ser madre. Una mujer que decide no ser madre no es una mujer egoísta. No puede ser que cuando aparece una madre, todo el mundo diga que «qué valiente» o «qué campeona» . En ese momento habrá una persona cerca que estará escuchando eso y a la que le estará doliendo y se preguntará por qué ella no es una campeona si decide no ser madre. Socialmente eso está muy mal construido. Ese ‘redoble’ por la maternidad hace mucho daño a otras mujeres, sobre todo a aquellas que quieren ser madres y, por la razón que sea, no lo están logrando. ¿De qué sirve decirle a alguien ‘y tú para cuando’ más allá del puro cotilleo?. ¿Cómo podemos decirle a una persona, aunque sea como una broma, eso de ‘se te va a pasar el arroz’?. Me parece una crueldad. Es como si yo te pregunto ‘¿todavía estás casada o ya se ha roto tu matrimonio?’.

Sigue leyendo la entrevista: http://www.elmundo.es/yodona/2015/11/06/563a79f8ca474188358b4595.html

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