Reproducción Asistida

La ciencia investiga cómo frenar los embarazos múltiples

Los partos de gemelos se han duplicado en una década por el auge de la reproducción asistida. Los expertos estudian cómo revertir esta tendencia.

Reducir el número de embarazos múltiples parece casi una obsesión por parte de los expertos en reproducción asistida. En cada congreso de la especialidad el último, celebrado el pasado julio en Estocolmo son numerosos los estudios de nuevas estrategias para mejorar el éxito de estas técnicas sin tener que recurrir a la implantación de dos o tres embriones, el máximo que marca la ley.

Para comprobar la asociación entre partos múltiples y reproducción asistida no hay más que ver las últimas estadísticas. En España, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), entre 1996 y 2009, la cifra de partos gemelares se multiplicó por más de dos, de 4.433 a 9.965. «Está claro que la razón es el aumento de la reproducción asistida», explica el presidente de la Sociedad Española de Neonatología, José López Sastre.

Razones para evitarlo

Si la implantación de dos embriones mejora las tasas de éxito de estas técnicas, a las que muchas mujeres acuden ya con más de 35 años, cuando sus posibilidades de tener hijos son naturalmente menores, ¿a qué viene el empeño por evitarla?

Como señala López Sastre, el gran problema de los partos gemelares, más allá de que las mujeres tengan un embarazo más complicado, es el aumento de niños prematuros. «Cuando dos o tres fetos tienen que compartir placenta, llega un momento en que no tienen sitio, lo que hace que nazcan antes de tiempo; además, tienen que repartir su nutrición, por lo que no sólo son prematuros, sino de bajo peso», especifica.

Los datos del último registro de la Sociedad Española de Fertilidad (SEF), pertenecientes a 2009, ponen de manifiesto esta tendencia. Así, mientras que cuando la madre estaba embarazada de un feto único el 81,9% de los partos se producía entre las semanas 37 y 41 (lo que se considera una gestación normal), la cifra se reducía al 41,7% si el parto era gemelar y a un 0% si se trataba de un parto de trillizos.

Se considera un nacimiento prematuro el sucedido antes de la semana 37 pero, como explica López Sastre, no todos los prematuros son iguales. «Entre la semana 35 y 37, se trata de niños más maduros. Pueden tener algunos problemas, como alteraciones metabólicas o ictericia, pero nada demasiado grave», apunta el experto. Sin embargo, cuanto menor es la edad gestacional, mayores son los problemas. Los nacimientos más arriesgados son los que suceden entre la semana 24 y la 28.

Según los datos de la SEF, un 2,6% de los gemelos procedentes de reproducción asistida en 2009 nació antes de la semana 28 y un 8,7% antes de la 32. En partos triples, las cifras aumentan a un 10,7% y un 39,3% respectivamente. «Entre la semana 24 y la 28, la mortalidad supera el 10% y, de los que sobreviven, alrededor de un 20% pueden presentar distintos problemas, desde parálisis cerebral a retrasos psicomotores, pasando por problemas auditivos y visuales», advierte el presidente de los neonatólogos.

Objetivo: reducir el número

La directora del Banco de Líneas Celulares del Centre de Medicina Regenerativa de Barcelona, Anna Veiga, coincide en que el máximo objetivo actual de la reproducción asistida es «la disminución de embarazos múltiples». Veiga, a la que se considera la madre científica de la primera niña nacida en España por fecundación in vitro (FIV), señala que son los países nórdicos los que «llevan la delantera» en este sentido.

Precisamente un equipo de investigadores suecos del Parque Científico de Uppsala presentó en el congreso de Estocolmo un método para evitar las transferencias múltiples y lograr las mismas tasas de éxito. Los autores usaron cuatro variables la calidad del embrión, la edad de la mujer, la respuesta ovárica (número de óvulos obtenidos en relación a la estimulación hormonal recibida) y la información sobre si la mujer se había sometido anteriormente a ciclos de FIV para construir un modelo matemático que predecía las posibilidades de embarazo tras la transferencia de uno o dos embriones, así como el riesgo de que dicha transferencia diera lugar a un parto gemelar.

Con este sistema, y durante los cuatro años que duró el estudio, la proporción de transferencias simples se incrementó del 11,1% al 76,2% y la tasa de partos gemelares se redujo del 26,1% al 1,9%.

Veiga considera que, a pesar de este avance, aún no hay nada definitivo para evitar la transferencia doble. Añade, además, que las mujeres cada vez se someten a FIV más tarde «y con peor pronóstico por la edad».

La teoría para evitar la transferencia múltiple y, por lo tanto, los partos gemelares o de trillizos, es fácil. «Se trata de escoger bien los embriones y sólo implantar aquel que vaya a funcionar», señala la experta.

Una elección personal

Nadie sabe qué sucederá con el método de predicción presentado por los investigadores suecos pero, en cualquier caso, está claro que es al norte a donde hay que mirar a la hora de mejorar los resultados en reproducción asistida.

Según los últimos datos disponibles (de 2007), en el 70% de las FIV se transfirió sólo un embrión. En el 30% se implantaron dos y, en total, sólo el 5,3% de los partos fue gemelar, lo que supone la tasa más baja de parto múltiple del mundo. En España, las transferencias únicas siguen siendo testimoniales. Según la SEF, en 2009 sólo el 7,3% de todas las FIV llevadas a cabo.

Fuente: Ainhoa Iriberri / Público

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