Reproducción Asistida

MACS no es un nombre de agente secreto

Nuevo método de selección espermática en reproducción asistida.

Cuando una pareja desea tener un hijo se enfrenta a veces con que la naturaleza les ha dispuesto algún obstáculo que convierte algo tan natural y cotidiano en un problema difícil y complicado. Las técnicas de reproducción asistida con las que la medicina intenta remediar algunos problemas de fertilidad pasan en todos los casos por el manejo de los espermatozoides como parte ineludible del proceso reproductivo.

Clásicamente la manipulación de los espermatozoides se ha llevado a cabo mediante su identificación, separación y posterior selección dentro de la muestra entregada por el varón o previamente conservada mediante técnicas de congelación. La selección de los espermatozoides que van a ser utilizados supone elegirlos uno a uno y esto se ha hecho, hasta ahora, atendiendo a su movilidad y a su morfología. Así, los embriólogos de los laboratorios de reproducción han de sustituir a la naturaleza en la elección que ella llevaría a cabo de entre los, a veces, muchos millones de individuos que componen el eyaculado. Se fijan en qué espermatozoides tienen un movimiento mas rítmico, veloz y rectilíneo, cuáles tienen una proporción normal entre el tamaño de su cabeza y su cola, cuáles tienen una forma más regular y con menos imperfecciones: en definitiva, han de elegir los mas «bonitos».

Lamentablemente hoy sabemos que muchos espermatozoides «preciosos» pueden tener alteraciones genéticas responsables de un fallo en la fecundación o en el desarrollo, fallos capaces de hacer que el proceso reproductivo no finalice adecuadamente dando lugar a una ausencia de implantación embrionaria o a un posterior aborto. En el laboratorio de reproducción asistida la selección de los mejores espermatozoides ha ido contando con la ayuda de algunas nuevas técnicas de las que una de las mas novedosas es la conocida como MACS (abreviatura del término en inglés que define la selección de células activadas magnéticamente). Mediante esta técnica es posible seleccionar mejor los espermatozoides a usar descartando un grupo importante de éstos que, teniendo probablemente un aspecto exterior absolutamente normal, tienen la característica de estar en fase de apoptosis, es decir, se están «suicidando».

La apoptosis es un mecanismo normal del organismo para eliminar células sin que se produzca inflamación. Este proceso se inicia en muchos espermatozoides y altera, entre otras cosas, su DNA y en el tiempo en el que dura el proceso éstas células germinales pueden guardar una apariencia «sana» y por lo tanto ser seleccionadas como óptimas para la fecundación pero el producto de ésta será defectuoso y no alcanzaremos el éxito. Habremos «desperdiciado» inadvertidamente un valioso y a veces escaso óvulo asignándole un espermatozoide que se está descomponiendo. Aunque de manera invisible, el espermatozoide que va a entrar en el proceso de apoptosis realiza una serie de cambios eléctricos en la membrana que lo reviste que hacen que ésta se recubra de unas sustancia llamada fosfatidilserina, sustancia para la que disponemos de anticuerpos. En el laboratorio unimos esos anticuerpos a pequeñísimas partículas metálicas y luego bañamos a los espermatozoides en ellos. Los espermatozoides defectuosos ahora están «marcados» y si los hacemos pasar a través de imanes, quedan adheridos a ellos. Así, solo los espermatozoides sanos son capaces de zafarse del imán y la muestra seminal restante estará libre de enfermos aumentando las posibilidades de que se produzcan embriones sanos.

Así, es posible en determinados casos, aumentar el número de éxitos de los tratamientos de reproducción asistida al obtener embriones de mejor calidad.

Fuente: Reproducción Asistida, vino y otros placeres

Sin comentarios

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *