Maternidad

Los bebés necesitan contacto, seguridad y ritmo para dormir

Los bebés están acostumbrados al vientre de mamá a la hora de conciliar el sueño. ¿Cómo podemos recrearlo nosotros cuando nace para que duerma bien?

Contacto, seguridad y ritmo

Nosotros no enseñamos a dormir al bebé, no podemos. Los niños ya saben dormir. Lo hacen en el útero desde el sexto mes de embarazo y ningún feto tiene problemas de sueño porque está en contacto con todo lo que necesita: alimento, contención, ritmo, movimiento continuo. Entonces, si no le enseñamos a dormir,

¿Qué hacemos?

Para dormir, el recién nacido necesita seguridad y ritmo. La seguridad la da el contacto corporal con mamá y papá (cuanto más, mejor) y sentirse bien sostenido en brazos. Respecto al ritmo, hay bebés a los que les basta escuchar el corazón de mamá, sentir el suave movimiento de su respiración o una nana repetitiva. Otros necesitan que el ritmo se manifieste de forma más explícita, a través del movimiento corporal más activo. Hay diferentes opciones (trucos):

  • La mecedora. El bebé duerme compartiendo el balance de la mecedora con su madre.
  • En pie, parados, movemos nuestros brazos en horizontal, tanto si el pequeño está boca arriba como si está boca abajo.
  • Balanceamos todo nuestro cuerpo con él en brazos, mientras paseamos.
  • Los pañuelos y bandoleras suelen ser una solución bastante eficaz. Crean las condiciones que necesita el bebé: la tela comprime todo su cuerpo, lo que relaja su sistema nervioso; el pequeño se siente abrazado y bien sostenido, seguro y cerca del cuerpo de mamá.
  • El colecho es otra opción que tiene sus defensores y detractores.
  • Dar una vuelta en la sillita del coche, el ritmo del vehículo es monótono, hipnótico y va acompañado de la ligera vibración del motor. La mayoría de los niños acaban durmiéndose.
  • Colocar al bebé en una hamaquita sobre la lavadora en marcha. Es una medida desesperada para situaciones desesperadas. No es lo ideal, pero no pasa nada por recurrir a ello en un momento difícil. Hay bebés que necesitan estímulos más fuertes, como el de la lavadora (sobre todo si es viejita, tiene un sonido más fuerte y vibra con más claridad). Por supuesto, lo haremos siempre respetando una regla de seguridad imprescindible: no dejarnos solo al bebé en ningún momento sobre la lavadora, ya que podría caerse.

Fuente: serPadres.es

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