Maternidad

La edad de la maternidad se eleva a la cifra récord de 31,2 años

Menos bebés y cada vez más tarde. Esta es la tendencia sobre natalidad que empezó a apuntarse en 2008, con el inicio de la crisis, y que el año pasado se siguió consolidando, según los datos avanzados del Movimiento Natural de la Población que el Instituto Nacional de Estadística (INE) ha publicado.

Las cifras muestran una caída de la tasa de la natalidad y de la tasa de fecundidad que empieza a preocupar a algunos expertos, ya que se acentúa el envejecimiento de la población.

El año pasada nacieron en España 484.055 bebés, un 1,96% menos que en 2009. Se trata del tercer año de continuo descenso, después de una década de aumento favorecido por unas condiciones económicas y sociales favorables. También baja la tasa de fecundidad, es decir, el número medio de hijos por mujer, que desciende hasta el 1,38.

Menos hijos y más tarde, ya que de promedio ahora se es madre por primera vez a los 31,2 años, la cifra más elevada desde que se tienen registros. De toda la población, las mujeres de nacionalidad española continúan siendo las que más tardan en adentrarse en la maternidad (31,9 años), mientras que las extranjeras son algo más precoces (28,7 años), aunque también tienden a retrasar la edad.

Las cifras marcan una falta de nuevos nacimientos que preocupa a los expertos. Gerardo Meil, catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid, alerta que se «puede poner en peligro el relevo generacional». Meil apunta que la tasa de fecundidad deseada es de 2,1 hijos por mujer para garantizar la sostenibilidad demográfica.

Las causas del descenso en los nacimientos hay que buscarlas, según los expertos, en aspectos estructurales, como el envejecimiento de población, que reduce año a año el número de mujeres en edad fértil, pero también en elementos conyunturales como la crisis, que ha afectado de forma notable a jóvenes y mujeres.

En momentos de dificultades como los actuales, «los jóvenes viven en un estado de inestabilidad laboral y económica que demora su emancipación y también la decisión de formar una familia», asegura Pau Miret, investigador del Centro de Estudios Demográficos. También contribuye el descenso de la inmigración. «Los inmigrantes iban a solucionar nuestro problema de relevo generacional, pero con la crisis el número de recién llegados ha bajado y muchos vuelven a su país con sus familias», añade Meil. Los expertos consideran que la solución a esta tendencia no puede llegar antes que una mejora general de las condiciones económicas.

Fuente: Amfar

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