El estrés es el principal motivo de abandono de los tratamientos de fertilidad
Aunque las mujeres son mas resistentes al dolor se deprimen con mayor frecuencia y tras varios fracasos en los tratamientos de reproducción asistida, hacen que abandonen sus relaciones sociales, dejando de visitar amigos y familiares lo que provoca situaciones indeseadas que hacen que abandonen a su vez el tratamiento de infertilidad.
Entre el 40-60% de las parejas que abandonan los tratamientos lo hacen por la presión psicológica, seguida de otros factores como un mal pronóstico, causa del 25% de los abandonos, y los embarazos espontáneos (15%), explica la coordinadora del Grupo de Interés de Psicología de la SEF, Vicenta Giménez. También influye el coste económico de los tratamientos, ya que el 80% se realizan en centros privados, si bien asegura que este es un factor que no figura nunca entre los motivos principales.
La SEF y el laboratorio Merck Serono han editado un millar de ejemplares del manual “La importancia de los aspectos emocionales en los tratamientos de reproducción asistida”, que se repartirán gratuitamente en los centros dedicados a esta actividad en España, un país donde la infertilidad afecta al 16% de la población y con uno de los índices de natalidad más bajos del mundo.
Los hombres y las mujeres presentan distintos comportamientos emocionales a la hora de hacer frente a los métodos de reproducción asistida.
Las mujeres son más resistentes al dolor, pero se deprimen con mayor frecuencia, y las principales emociones que experimentan son frustración, impotencia y tristeza. Sufren mayor tensión que los varones, tanto en el momento del diagnóstico como durante el tratamiento. Tras varios fracasos, ven como estresantes las relaciones sociales, sobre todo si tienen amigas o familiares embarazadas o con hijos pequeños, y tienden a evitarlas, pudiendo desarrollar una auténtica fobia a estos encuentros.
Sin embargo, los hombres son más reacios a hablar en público sobre asuntos de infertilidad, tanto en su círculo más cercano como ante el psicólogo, al vincular erróneamente este problema con una supuesta “falta de masculinidad” y con su “capacidad sexual”, lo que les genera una pérdida de autoestima y de confianza.
En cualquier caso, el presidente de la SEF, Buenaventura Coroleu, considera que todo el personal de las clínicas debe conocer las dificultades psicológicas a las que se enfrentan las parejas con problemas de infertilidad.
Asimismo, todos los centros deberían contar con un psicólogo especializado, algo que hoy por hoy todavía está lejos de ser una realidad, según indicó por su parte Giménez. Aunque las clínicas grandes suelen tener sus propios psicólogos, las de menor tamaño suelen recurrir a especialistas externos que realizan colaboraciones puntuales.
Coroleu ha puntualizado que el 62,4% deja el tratamiento después del tercer ciclo, a pesar de que estadísticamente la probabilidad de concepción mejora después de múltiples exposiciones a distintos métodos. Ha agregado que el 66 % afirma abandonar el tratamiento por sentir que había hecho todo lo posible y un 42% alega sentirse incapaz de afrontar otro ciclo después del fallo de los anteriores. De hecho, un porcentaje muy elevado de mujeres -entre un 15 y un 45% – decide no continuar con los ciclos antes de que lo recomiende el especialista.
Paradójicamente, cuantos más fracasos ha tenido la pareja, más cerca está del éxito. Quienes tiran la toalla no son las parejas con peor pronóstico, sino las que están más agobiadas.
Fuente:reproduccionasistida.org
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