DGPFecundación in vitro

Diagnóstico genético, una forma para evitar tumores antes del nacimiento

El cáncer tiene una alta carga hereditaria, pero otros factores (alimentación, tabaquismo, estrés, infecciones) también influyen. No se trata de evitar una enfermedad segura, sino altamente probable.

Al menos seis mujeres en la familia de María I. han tenido cánceres de mama agresivos, que aparecieron a edades tempranas. De ellas, tres han fallecido. Por eso, antes de tener su primer hijo quiso asegurarse de que no iba a transmitirle el riesgo de tener esa enfermedad.

La semana pasada la Comisión Nacional de Reproducción Asistida le dio la razón. Se trata de la primera vez que esta Comisión estudia la posible aplicación de la selección genética de embriones en casos concretos de cáncer hereditarios graves, de desarrollo precoz y, en la mayoría de los casos, carentes de tratamiento.

Encontró que, en su caso, está justificado que se le permita seleccionar un embrión sin el gen BRCA1, una mutación que se da en por lo menos el 5 por ciento de los cánceres de mama que se diagnostican cada año.

Aunque su incidencia no es demasiado alta, la relación entre mutación y tumor es clara: se calcula que un 60 por ciento de las mujeres con los genes BRCA1 y BRCA2 desarrollará cáncer de mama y un 20 por ciento de ovario. ¿Por qué iba María a exponer a su futura hija a ese riesgo si hay cómo evitarlo?

Aparte del caso de María, la Comisión también autorizó el uso de la selección de embriones para evitar un cáncer hereditario de tiroides.

Ambas mujeres pidieron algo que en el mundo viene haciéndose desde 1995: un diagnóstico genético preimplantación (DGP), que consiste en elegir, de entre varios embriones creados por fecundación in vitro, aquellos sin los genes que causan una enfermedad.

En agosto de ese año, en Colombia, Elkin Lucena y su equipo registraron el nacimiento del primer varón libre de hemofilia A del mundo, en el seno de una familia en el que este mal es la constante; en el laboratorio, y mediante DGP, se seleccionó un embrión masculino que además estaba libre de la enfermedad.

Con la misma técnica han logrado, desde entonces, traer al mundo a niños libres de otras enfermedades cromosómicas.

La gran diferencia con lo que ahora se hará en España es que hasta ahora se había contemplado la selección genética en enfermedades en las que la causa es un único gen y el niño nacía ya con la enfermedad (como la hemofilia) o para enfermedades raras en las que la relación es directa y segura: quien tenga el gen correspondiente, desarrollará la enfermedad.

En el caso de los dos genes más relacionados con el cáncer de mama, los BRCA1 y BRCA2, se calcula que quienes los tengan tienen un 80 por ciento de probabilidades de desarrollar la enfermedad. Pero no es seguro al 100 por ciento.

Fuente: El Tiempo

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